La parroquia de Canillo es la más extensa de Andorra, y una de las más bonitas. Te vamos a proponer varias razones para visitar Canillo. La primera razón es el aire puro que se puede respirar en cada rincón de su geografía. Su altura varía entre los 1.400 y 2.913 metros, lo que garantiza la pureza del ambiente en cada uno de sus catorce pueblos y núcleos urbanos que la componen. Entre los más conocidos destacan el propio Canillo, Soldeu, El Tarter, Meritxell y Molleres.
La primera impresión que invade al turista al llegar a Canillo es la majestuosidad del paisaje y la grandeza de las montañas. También resulta impresionante la arquitectura de piedra de muchas de sus edificaciones. La realidad es que el visitante tiene la sensación de hacer un viaje por el tiempo al contemplar muchos de sus históricos rincones. La experiencia de visitar Canillo no dejará indiferente a nadie.
La capital de la parroquia es Canillo, y cuenta con algo más de mil habitantes. Las gentes de Andorra en general, y las de Canillo en particular, son vecinos habituados a los turistas y los visitantes. De manera que el trato con el viajero es muy cordial y agradable, haciendo sentir a los forasteros como propios del lugar.
Entre los principales reclamos turísticos de este lugar se encuentra la estación de esquí más grande de Andorra, la denominada Grandvalira. Para los amantes de los deportes de invierno se trata de un lugar de obligada visita. Sus instalaciones son francamente excelentes y permiten realizar todo tipo de actividades relacionadas con la nieve, que está garantizada durante toda la temporada.
Otro de los lugares más visitados de Canillo es el Palacio de Hielo de Andorra. Esta infraestructura contiene una pista de hielo de tamaño olímpico y una piscina cubierta con vista al exterior. En total, el Palacio de Hielo tiene más de 8.000 m² construidos, una verdadera delicia para los visitantes.
Los turistas que buscan atractivos más culturales pueden satisfacer sus aspiraciones visitando lugares como el Santuario de Nuestra Señora de Meritxell y la Iglesia de Sant Joan de Caselles. Este último es un impresionante edificio románico de finales del siglo XI, con un campanario digno de ser visitado y fotografiado.
No obstante del cuidado que se tiene con el patrimonio histórico y la naturaleza, la parroquia de Canillo es un lugar moderno y cosmopolita. En sus diferentes poblaciones se da cabida a todo tipo de servicios y nuevas tecnologías. Su capital es un referente en la gestión eficaz y sostenible de la ciudad. De hecho, la conciencia ecológica está profundamente arraigada en toda la población.
Además, son muy numerosas las actividades culturales y de todo tipo que se promocionan desde las instituciones públicas durante todo el año. El objetivo final es que todos los vecinos y turistas se sientan a gusto y disfruten de todas las posibilidades que se ofrecen desde Canillo.
Si todavía se necesitaran más razones para visitar la parroquia de Canillo, cabe destacar un punto que resulta transversal a todos los que se han mencionado hasta el momento. Canillo y todas sus poblaciones merecen un adjetivo común: acogedor. Esta palabra es muy estimulante a la hora de planear unas vacaciones o una escapada. El trato que uno recibe cuando viaja fuera de casa es determinante a la hora de repetir o recomendar su viaje. Y el turista que viaja a Canillo repite.