No cabe duda que la gastronomía es un factor muy importante para atraer turistas a determinado lugar y, especialmente, para fidelizarlos; es decir, para conseguir que vuelvan. La oferta gastronómica de la parroquia de Canillo es amplia y digna de consideración a la hora de preparar un posible viaje.
La mayoría de usuarios que prueban la Fageda d’en Jordà quedan encantados con su relación calidad precio. El comedor no es demasiado grande, no obstante, el trato es muy cordial y familiar, haciendo sentir a todos los comensales como en casa. Un detalle muy interesante es que el dueño recomienda el vino que marida perfectamente con el plato seleccionado.
Entre las delicadezas que ofrece se encuentran los “fesols de Santa Pau” (judías blancas muy apreciadas en la zona de Olot y la Garrotxa), la ratafia (un licor elaborado a partir de macerar la nuez verde, limón, guindas, clavel rojo, diferentes hierbas y especias) y las patatas de la Déu (unas decliciosas patatas rellenas).
Otro restaurante imprescindible en Canillo es La Roda. Se debe tener en cuenta que el restaurante permanece cerrado los domingos por la noche y los lunes. Es fácil de encontrar pues está prácticamente enfrente de la oficina de Turismo de la Carretera General en Canillo. En su carta podemos encontrar todo tipo de productos vegetales, del mar y carnes. Pero cabe destacar algunas de sus especialidades.
¿Qué te parece degustar una deliciosa mezcla de camembert y bacon al horno? Su pato confitado es excelente, y si se prefiere una comida más de cuchara se puede tomar su “cassoleta de mongetes amb confit d’ànec” (cazuela de alubias con confit de pato). Este último es un plato contundente para aguantar los rigores del invierno y la actividad altamente deportiva. También cuenta con menús diarios muy económicos y buenos.
Lo bueno del Restaurante La Roda es que también es un pub con buen ambiente para tomar unas copas y charlar con los amigos. ¿Qué mejor que prolongar la cena con unas copas sin moverse del mismo local? Además su decoración es muy agradable y vistosa, lo cual permite estancias muy amenas en sus instalaciones.
La Borda de l’Hortó es otro restaurante magnífico de Canillo. Además, merece la pena ser visitado aunque no se coma en él por su ubicación y arquitectura. Se trata de una antigua casa de piedra ubicado en una antigua borda en Ransol.
Las bordas son edificios para guardar el ganado y la hierba muy habituales en los Pirineos. De todas formas, estando en la Borda de l’Hortó, sería imperdonable no probar sus exquisitas carnes a la brasa. También tienen especialidades en ensaladas y diferentes postres caseros. En resumen, una antigua delicia para los comensales más exigentes.
Comer en un entorno natural y de alta montaña y en un ambiente hogareño convierten esta experiencia en inolvidable.
Por supuesto, l’Hortó no es la única Borda convertida en Restaurante. En Canillo podemos encontrar también la Borda Patxeta, en la carretera de Montaup, en su kilómetro 2,5.
Si preferimos las pizzerías, en Canillo existen bastantes establecimientos que ofrecen este tipo de comida, algunos de ellos excelentes, como la Pizzería Marzano o Chez Lulu. También podemos encontrar todo tipo de franquicias de comida rápida habituales en todas las ciudades importantes del mundo. Desde luego, la oferta gastronómica de Canillo es inagotable y muy sabrosa.